Barcelona gana el clásico español jugado en versión amistoso en EE.UU.
Partido fue intenso y dio el espectáculo esperado
Se dice que un partido entre el Real Madrid contra el Barcelona nunca será un simple duelo amistoso. No importa donde se dispute, hay orgullo en juego, adrenalina en la sangre y las ganas de ver caído al rival constantemente. En Miami, el clásico que ganó anoche el conjunto catalán 3-2 fue un claro ejemplo de una pretemporada: mal encuentro en lo futbolístico y agradable a la vista del espectador.
No hay otra cosa que deleite más al aficionado que los goles. El Barcelona y el Real Madrid fueron dos equipos de nivel carente comparado a lo que son capaz de conseguir, con todo y el ataque fugaz y huracanado de Lionel Messi que tan sólo al minuto tres ya tenía 1-0 el marcador. El conjunto merengue siguió desconectado como había ocurrido ante el Manchester City y el United: no hubo sorpresa, aunque mejoró notablemente en su tercer encuentro de la pretemporada.
Con Cristiano Ronaldo todavía tomando el sol en sus vacaciones el Real Madrid inició frío, con poca puesta en escena. Así fue como los catalanes mostrando una mejor progresión en sus partidos anteriores lograron dominar la primera parte. A nadie iba a sorprender que después del segundo gol que surgió de un zapatazo certero de Rakitic al minuto seis del partido se vislumbrara una goleada, cuando el City días atrás había sellado una para los blancos.
No obstante, sin encontrarse con el equipo singular que los hizo dueños de la Liga y la Champions, el Madrid se valió de individualidades y fallos del oponente para empatar. Primero Kovacic al 13, dejando en el suelo a Piqué y posteriormente Asensio al 35, en un impresionante contragolpe.
Más de lo mismo
El segundo tiempo fue más de lo mismo, cuando reina el caos, la pelota baila a cualquier ritmo. Se vieron tantas llegadas pero solamente Piqué (50’) logró concretar tras un centro de Neymar. El defensa estaba sólo en el área rival, Nacho perdió la marca y nadie estaba en el relevo. Un reflejo de una falsa realidad.
Un Madrid tierno y un Barcelona más encaminado, pero en medio de la falta de forma, la gente disfrutó de los goles.
El clásico del marketing finalizó. El 15 y el 18 de agosto otra verdad será en la Supercopa de España.
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